¡Vaya mierda de cartas!
Pensaba DD Rogers, el tejano amante del dinero y del martín con extracto de lima, mientras repasaba su pareja de10, su 7 y el as de picas.
Sólo le cabía marcarse un farol o pagar para cambiar una carta, y su montoncito de fichas no estaba precisamente a rebosar.
Había perdido sus últimas cuatro manos y necesitaba esa para remontar y volver a encarar el premio total de 700.000 dólares.
¿Qué para qué quería el dinero? Para invertir, lo único para que podía servir el dinero. ¿Es que a caso los otros jugadores sí que lo necesitaban? Nadie se creía el cuento del embargo empresarial del hindú, con todo lo que tenía en la mesa, se podía comprar tres empresas e irse a la mierda con ellas si quería.
¿El cabrón de Detroit qué había le había ganado las dos últimas jugadas? Para una ONG decía. ¡Nos han jodido! ¡Qué mierda dar dinero para los negros, que se lo ganaran ellos! Él ya tuvo que partirse el espinazo durante su infancia, a ellos tampoco les costaría nada hacerlo.
¿Y la china? Para traficar con opio y con té, seguro. ¡Cojones de amarillos!
Se marcó un farol y subió 1.000 dólares la apuesta.
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1 comentario:
Mires massa cinema americà, no creus? xD
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